Edición de 2020

El Foro de la Cultura celebraba su cuarta edición entre los días 9 y 15 de noviembre de 2020 de forma online, debiddo a la pandemia provocada por el Covid-19. Retransmitido íntegramente en directo, contó una extensión en la Fundación Telefónica de Madrid los días 11, 12 y 13 de ese mismo mes. El Foro reunió una vez más a destacados humanistas de todo el mundo procedentes de la sociología, la ciencia, la economía, la ecología, el arte y la tecnología, entre otras áreas del conocimiento, que buscarán plantear soluciones o alternativas al mayor desafío de nuestro tiempo: el cambio climático.

Continuamente dotamos de nuevos y cada vez más ricos significados a las palabras. Términos como “confinamiento”, “virus”, “mascarilla” o “incidencia” —que conforman el nuevo andamiaje lingüístico de esta situación distópica— tenían, hasta hace escasos meses, unas connotaciones muy precisas. De hecho, se encontraban desterradas de nuestro vocabulario más habitual. Pero la realidad, muchas veces, se impone sobre el lenguaje y lo moldea, despiadada, bajo su propio criterio, sin piedad ni miramientos.

A inicios del siglo XX, el escritor Hugo von Hofmannsthal relató en su Carta de Lord Chandos que el lenguaje se le había vuelto insuficiente para pensar y compartir el mundo; que era, en definitiva, una cualidad exigua para abarcar tantos conceptos. Tal vez estaba en lo cierto. Pero desde el Foro de la Cultura queremos plantarle cara a esta nueva realidad (o realidades) haciendo de la palabra y del ejercicio de su intercambio un espacio-refugio necesario.

Muchas de las mesas de debate que integraron nuestro programa de actividades se encontraron, inevitablemente, condicionadas por esta extraña coyuntura, un escenario que nos obligó a “refugiarnos” y a conversar desde la distancia, pero también desde ámbitos o posiciones, a priori, distantes, en ocasiones irreconciliables. Porque nuestro refugio es el ejercicio de la reflexión y la palabra misma: un lugar donde es posible —nunca estaremos seguros— que se desvanezcan ciertas incertidumbres y donde los puntos de encuentro vayan más allá de la coartada que ofrece el «solucionismo» o los determinismos fáciles. El ejercicio de la palabra y su conjugación en el diálogo es, más que nunca, nuestra función vital más valiosa.

La IV edición del Foro de la Cultura quiso ser un espacio para ensayar un vocabulario futuro que nos permita observar el mundo desde la premisa de que no existen salidas ni alternativas posibles que no pasen por no reconocer nuestra naturaleza social o nuestra posición ecodependiente en el planeta. Porque nuestro mundo es virus, pero es también ecosistemas tropicales y ciudades inteligentes, alimentación sostenible y ciencia climática. Es espiritualidad meditada y humor desternillante, es creatividad cerebral y cultura emocional. Y nuestro
mundo es, por encima de todo, un inmenso debate de debates; sobre la libertad, sobre el relato frente al dato, sobre el medio ambiente y la libertad. Escuchémonos hablar.

Nos encontramos en el refugio.