El diálogo entre exalcaldesa de Madrid y exjueza Manuela Carmena y la artista Samantha Hudson en el V Foro de la Cultura prometía «dos perspectivas muy diferentes», como señalaba al inicio del encuentro el moderador de la mesa «El precio de la libertad», el director de Radio 3, Tomás Fernando Flores.Y esa diversidad se ha plasmado desde la primera cuestión puesta sobre la mesa: la libertad el momento actual.
«Vivimos un momento muy hermoso en cuanto a la libertad. Parece que a la gente se le ha olvidado que hemos vivido en un sistema que no la había», ha comenzado Manuela Carmena, para recordar que a ella misma le retiraron el pasaporte, además de detenerla junto a otros abogados laboralistas. Siempre existe el riesgo de quienes están en el poder intenten limitarla, ha advertido, «cada vez se detecta más la necesidad de cuidar la democracia, no defender o luchar por ella, como se suele decir, sino ‘cuidar’, que es un término muy de mujeres, que sabemos cuidar».
Para su compañera de debate, «el término es muy ambiguo, incluso una pantomima», porque alguien puede estar sintiéndose libre en un lado del mundo a costa de la falta de libertad de otro en la otra punta, ha argumentado. «Te venden esa sensación de libertad. El sistema te da muchas opciones pero a efectos prácticos poca gente tiene la opción de escoger, por cuestiones económicas, de clase… Me atrevería a decir que la libertad es mentira», ha añadido, con la discrepancia de Carmena. «Eso es peligroso, si alguien dice que la libertad es una mentira, alguien va a estar dispuesto a que quitártela. Otra cosa es que si tienes esa libertad personal y no tienes posibilidades económicas», ha matizado la jurista.
«He conocido un tiempo en que en pueblos de Andalucía había un 60 % de mujeres que no sabían escribir, el progreso ayuda a que el mundo sea mejor, siempre hay alguno que lo fastidia, pero es importante valorar lo que se ha hecho. El mundo es mucho mejor ahora, eso me anima a seguir haciendo cosas. Fallamos en lo absurdo, por ejemplo, no estamos consiguiendo hacer política como se debería», ha añadido Carmena, entre aplausos del numeroso público que ha acudido al coloquio celebrado en el Teatro Calderón.
Sobre las posibilidades de cambiar las cosas desde abajo, Samantha Hudson ha apuntado la dificultad de que «una sola persona logre grandes cambios sociales», aunque cuando el intento se vuelve «grupal» sí puede darse ese «potencial», mientras que la exalcaldesa de Madrid ha reafirmado su confianza en que a pequeña escala pueden plantearse desafíos importantes: en sus tiempos universitarios, cuando solo existía un sindicato de Falange, los estudiantes lograron crear uno propio, ha puesto como ejemplo.
No todo fueron discrepancias en el encuentro. Ante el panorama generado por las redes sociales, la exjueza de Madrid ha reconocido «aspectos negativos» como la dependencia, pero ha celebrado las posibilidades de comunicación que han abierto: «Nos puede llegar el cariño a través de seis palabras. Como casi todos los inventos sociales, las redes pueden ser utilizadas bien o mal. Producen una felicidad, y soy partidaria del progreso al cien por cien». Samantha Hudson ha celebrado esa visión, frente a la opinión de determinadas generaciones tan contraria a las redes, «son neutrales, es un tablero y se puede hacer un juego bueno y un juego malo».
«CREACIÓN EN LOS MÁRGENES»
El cierre de la jornada de este sábado ha ahondado en la «Creación en los márgenes» a partir de las experiencias de Jorge Martínez, popularmente conocido como Jorge Ilegal por su condición de líder del mítico grupo asturiano de rock Ilegales, y la compositora y cantante Maria Rodés, moderados por el poeta vallisoletano Fernando del Val.
También con ciertas diferencias, como la defensa de la copla de Rodés, que ha dedicado un disco a versiones de este género, frente al odio visceral que no ha disimulado el autor de Agotados de esperar el fin, ambos han subrayado la influencia de la música que les ha precedido en su propia carrera y la necesidad de sentirse libres a la hora de crear.
Ante el lema del encuentro, Maria Rodés ha señalado que «cuesta encontrar artistas al margen, casi todos los que triunfan son pro-sistema»; para Jorge Ilegal, «los movimientos en las artes son pendulares, se está yendo y viniendo, y estamos en un momento regresivo, en el que no se dicen cosas, luego están las radiofórmulas, que dependen de un algoritmo y es lo menos progresista que hay».
Ese vivir en los márgenes tal vez sí le haya evitado a Ilegales ciertos ataques e intentos de censura por los que han pasado artistas más populares, ha admitido Jorge Martínez. «Quizá mi cara de loco también ha ayudado», ha añadido el artista, quien había iniciado su intervención reconociendo que cultiva la enemistad: «Hay que tener enemigos de verdadera calidad. Te hacen mantenerte en forma». En el caso de la autora los álbumes Eclíptica o el reciente Lilith elhecho de no haber triunfado ante el gran público le hace no trabajar bajo presión: «Como artista me siento muy libre para hacer lo que me mueva, no estoy en esa liga».